En las cortes nobiliarias del norte de Francia y en el sur de Gran Bretaña, desde la conquista normanda de finales del siglo XI, se narraban historias que competían con los arcaicos poemas épicos. Se trataba de sucesos maravillosos que transgredían las leyes de la naturaleza. A continuación presentamos a sus protagonistas, liderados por el gran rey Arturo.
Según la leyenda, Arturo, rey de Bretaña, hijo de Uther Pendragón e Ygraine, fue criado por el senescal del rey. Accedió al trono después de arrancar la espada Excalibur de la piedra en la que estaba clavada. Muchos nobles se negaron a aceptarlo como monarca, por lo que tuvo lugar un conflicto armado. Casado con Ginebra, no tuvo hijos legítimos, pero sí algunos naturales. Murió en combate contra su hijo-sobrino Mordred.
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Ciudad fortaleza en la que residían el rey Arturo y su corte, y sede de la Mesa Redonda. Hay varias teorías sobre su localización, como Cadbury, Winchester o las ruinas tardorromanas de Viraconium, pero ninguna ha conseguido la unanimidad de los estudiosos.
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La espada de Arturo. Cuando el rey sintió cercana su muerte, fue arrojada a un lago por un caballero y recogida por una dama que la ocultó en el fondo. Algunos monarcas medievales de Inglaterra pretendían demostrar su derecho a la Corona por llevar una espada que, según ellos, era la Excalibur de Arturo.
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Esposa de Arturo. Mujer de gran belleza, de la que el rey se enamoró perdidamente. Ginebra es infiel al monarca con su gran amigo (y su mejor caballero) Lanzarote, o Lancelot, que significó la guerra, el fin de la Mesa Redonda y la destrucción de Camelot. Ginebra acabó sus días retirada en un convento.
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Uno de los máximos protagonistas de la literatura artúrica, hijo del rey Ban de Benoic. Una dama le hizo yacer con ella gracias a una estratagema, y así concibió a Galaz, el caballero escogido para encontrar el Santo Grial.
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Merlín, el mago, brilla con luz propia en la epopeya artúrica. Tiene una personalidad casi tan fuerte como la del propio rey, y es una herencia de un viejo mundo precristiano, el de los druidas celtas, a medio camino entre magos, médicos y adivinos.
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La Mesa Redonda es la imagen más representativa de la corte del rey Arturo. Alrededor de ella se sientan los mejores caballeros del mundo y cuentan sus aventuras, que el rey manda poner por escrito para la posteridad. No hay acuerdo para determinar el número de sillas, pero sí que hay una, el Asiento Peligroso, que simboliza el lugar de Judas en la Última Cena. El que se siente en ella está predestinado a encontrar el Santo Grial, el Caballero Elegido que, como Jesús, redimirá el pecado.
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Según algunas versiones es hijo de Arturo, y según otras su sobrino. Hijo de Morgana, la hermanastra del rey, representa la antítesis de las virtudes caballerescas, y su ambición y la de su madre causan la guerra y el fin de la Mesa Redonda. En la batalla de Salesbieres (Salisbury), Arturo le ensarta con una gruesa lanza; sin embargo, con sus últimas fuerzas, hiere mortalmente a su padre en la cabeza.
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Hija de la madre del rey Arturo, se desconoce quién es su padre. Merlín le enseñó las artes mágicas con las que puede, entre otras cosas, cambiar de aspecto. Descubrió el adulterio de Ginebra con Lancelot y es la madre de Mordred.
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Padre de Arturo. El personaje literario se prenda de Ygerne, esposa del duque de Cornualles. Para poseerla es hechizado por Merlín, y bajo la apariencia del duque entra en el castillo de Tintagel, toma a Ygerne y engendra a Arturo. Uther entrega el niño a Merlín, quien lo deja en manos de Antor: este le educará, sin conocer su verdadera identidad, hasta que se convierta en rey.
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Este texto se basa en un artículo publicado en el número 388 de la revista Historia y Vida. ¿Tienes algo que aportar? Escríbenos a redaccionhyv@historiayvida.com.
