Tema 3. Bases para unos cuidados de enfermería seguros. (2024)

1. ENFOQUES HISTÓRICOS DE LOS CUIDADOS DE ENFERMERÍA

1.1. ETAPA DOMÉSTICA DEL CUIDADO

Prehistoria

En la Prehistoria, el cuidado de la salud y el mantenimiento de la vida recaían sobre la mujer y la figura del sanador, los cuales utilizaban elementos de la naturaleza para cuidar a niños y enfermos; plantas, minerales, agua, etc. así como la creencia en espíritus como causa de la enfermedad. Se conoce que realizaban sangrías, reducían fracturas, cerraba heridas e incluso hacían fisioterapia usando el calor y los masajes, todo ello acompañado de rituales de magia para potenciar la efectividad de los primeros.

Primeras civilizaciones

Cabe destacar el desarrollo del Código de Hammurabi en el que se describían y se controlaban las prácticas médico-quirúrgicas. Los cuidados recaían en los sacerdotes, los cuales usaban recursos naturales junto con la magia para el tratamiento de la enfermedad, pero también en las mujeres, existiendo parteras y amas de cría. Se crearon las llamadas xenodochías, casas para forasteros que fueron usadas para sanar a los enfermos, las cuales son las predecesoras tanto de los hoteles, como de los hospitales. Así mismo, se creó un cuerpo de inspectores oficiales de la salud los cuales impusieron en Egipto normativas sobre higiene.

Mundo clásico (Grecia y Roma)

Se rechazan las creencias espirituales y se usa la intelectualidad para los cuidados a los enfermos, utilizando los recursos naturales para elaborar tratamientos más complejos. En Grecia, los cuidadores serían los predecesores de los profesionales de la enfermería actual. Comenzó a ejercerse la medicina educativa, sin embargo, solo estaba disponible para los hombres, ya que las mujeres sólo podían ser parteras. En Roma, la medicina y los cuidados recaían en los esclavos, sin embargo, existían hospitales-valetudinariums (sobre todo en los campamentos militares) y surgieron los “nosocomi”, que aplicaban cuidados a los enfermos.

1.2. ETAPA VOCACIONAL DEL CUIDADO

Cristianismo

Etapa en la que se instauran numerosas instituciones para el cuidado de enfermos, siendo la Iglesia la encargada de la gestión de la enfermedad. Los cuidados adquirieron un enfoque de deber sagrado (referido por los dictámenes de la religión cristiana) y carácter humanitario, introduciendo del concepto de consuelo y atención altruista a los demás en la asistencia al enfermo. Surgía así el cuidado como obra de misericordia. Sin embargo, el sacerdote y el médico tomaban todas las decisiones. Se despreciaba el criterio individual de las mujeres que impartían los cuidados, instruyéndolas en la obediencia a los superiores, aunque hubo referentes de mujeres nobles que se dedicaron al cuidado de enfermos e instrucción de otras mujeres (precursoras de la docencia).

Edad Media

Los cuidadores eran las mujeres de los señores feudales y los monjes. Practicaban primeros auxilios y remedios caseros para curar las enfermedades, siendo la caridad lo que movía a los cuidados de los enfermos. Sin embargo, la creación de modernos e importantes hospitales cristianos, trajo consigo la organización de las cuidadoras en la llamada Orden de las Agustinas, formada por hermanas puramente enfermeras, bajo orden papal. En esta época no se fomentaba el desarrollo educacional, por lo que los cuidadores obedecían al servicio y no a la profesionalización. Durante las Cruzadas, surgió la necesidad de cambiar la gestión de los cuidados del cristianismo llegando a sistematizar el trabajo de los cuidadores (militares, órdenes religiosas y seglares).

Mundo Moderno

En esta etapa se escriben tratados para la formación específica de matronas y parteras (tratados docentes), aunque el auge del protestantismo de Lutero hizo que resurgiera la idea de la protección espiritual frente a la enfermedad y se descuidaron los cuidados de base empírica. De hecho, se conoce esta etapa como la Etapa Oscura de la Enfermería. Aun así, el papa de la época convocó el llamado Concilio de Trento en el que se sentaron las bases para hacer frente al caos luterano. Entre las disposiciones estaban los planteamientos a seguir para el cuidado de enfermos, para lo cual surgieron varias órdenes religiosas, siendo una de las más conocidas las Hermanas de la Caridad, discípulas de Vicente de Paúl, el cual desarrolló unos criterios (procedimientos) para realizar el trabajo de forma ordenada y sistematizada. Se ofrecían cuidados de base (cuidados de necesidades básicas de los pacientes), cuidados técnicos (administración de medicación y alimentos, cura de heridas, recogida de orina) y cuidados de gestión (registro de ingreso y altas, formación del personal).

1.3. ETAPA TÉCNICA DE LOS CUIDADOS

En esta época se consideró la salud como un derecho inalienable de las personas. Con este pensamiento se dictaron las primeras leyes de seguridad social en Alemania, aunque durante la primera parte de esta etapa, la asistencia sanitaria fue eminentemente curativa e individual y distinta según la clase social. Se inicia la enfermería moderna, la profesionalización de los cuidados, creándose multitud de escuelas de enseñanza en los cuidados de manera sistematizada y en base a los estudios científicos de la época:

  • Comienza la instrucción pública de las enfermeras.
  • Se exige preparación y titulación para la prestación de cuidados a enfermos.
  • Los avances tecnológicos de la época hacen que la enfermera ya no tenga que estar en contacto físico con el paciente o a través de la palabra.
  • Se pierde identidad profesional asociada al cuidado por la asociada a la curación.

Florence Nightingale sienta las bases de la investigación de los cuidados y Elizabeth Fry planteó la necesidad de remunerar a las personas que cuidaban de los enfermos. Se creó el Consejo Internacional de Enfermería con los objetivos de:

  • Luchar por la autonomía de la profesión.
  • Mejorar los servicios asistenciales a los pacientes.
  • Elevar el nivel ético, educacional y profesional de la enfermería.
  • Favorecer la situación económica de las enfermeras.
  • Cooperación internacional de las enfermeras.
  • Obtener reconocimiento oficial profesional y educativo.

1.4. LA ENFERMERÍA PROFESIONAL

  • En el s. XX enfermeras como Ida J. Orlando describen métodos de trabajo propios de la actividad enfermera basados en cuidados que garantizan una atención segura al paciente y segura para el profesional.
  • En 1972 Archie Cochrane llamó la atención porque no se estaba utilizando los resultados de la investigación en la práctica clínica, criticando abiertamente al estamento médico por tomar las decisiones sin tener en cuenta a la investigación, perdiendo así una defensa potente para evitar incidentes.
  • A finales del s. XX se inicia la concepción de la práctica basada en la evidencia dentro de la práctica médica y, posteriormente, se incorpora a otras muchas disciplinas sanitarias, como a la enfermería. Se define como el uso consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia científica clínica disponible para la toma de decisiones sobre el cuidado individual del paciente.
  • En los últimos años se ha introducido el concepto de Asistencia Basada en la Evidencia (ASBE), como respuesta a los retos de los sistemas clínicos y sanitarios actuales. La diferencia con la EBE es que ésta se refiere a la disciplina enfermera concretamente y la ASBE tiene en cuenta las diferentes profesiones sanitarias en la toma de decisiones para los pacientes. Es nuevo enfoque de cuidado tiene implicaciones no sólo en la asistencia diaria sino también en la organización de los servicios sanitarios y en la formación y docencia de los profesionales de la salud.

2. LAS PRÁCTICAS BASADAS EN EVIDENCIAS COMO HERRAMIENTA PARA UNOS CUIDADOS ENFERMEROS SEGUROS

La enfermería presta cuidados y aplica tratamientos a los pacientes en base a una metodología propia caracterizada por una relación personal y permanente con el paciente, en la cual se identifican sus necesidades físicas, psicológicas y sociales, en base a las cuales se planifica la toma de decisiones para llevar a cabo las actuaciones más eficaces y mejores, sin olvidar la observación y monitorización constante de los resultados obtenidos.

En una organización en la que se ha desplegado una cultura de seguridad clínica, los cuidados de enfermería deben estar orientados a evitar o minimizar los riesgos atribuibles a dichos cuidados.

En este contexto, la PBE (EBE-Enfermería basada en la evidencia) se perfila como una herramienta de enfoque proactivo en la gestión de riesgos, ya que, aplicar las prácticas enfermeras consideradas de mayor seguridad por estudios científicos, se convierte en una potente defensa del sistema para evitar la ocurrencia de incidentes.

2.1. EVIDENCIA ENFERMERA

Es el conocimiento de las prácticas más seguras aportadas por el conocimiento derivado de la investigación de profesionales de enfermería, que está comprobado, demostrado o verificado según criterios metodológicos rigurosos. En función de los diferentes planteamientos se pueden identificar varios tipos de evidencia relacionados con diversas fuentes de información y considerar otras fuentes de evidencia, aparte de la investigación, como serían:

  • Revisiones de la investigación y guías clínicas sobre cuidados seguros al paciente.
  • Opinión de expertos.
  • Experiencia personal con los pacientes.
  • Datos de auditorías e inspecciones.
  • Pericia profesional derivada de la unión de la experiencia práctica con el desarrollo profesional continuo.
  • Valoración clínica de los pacientes.
  • Preferencia de los pacientes

De estas otras fuentes, la pericia profesional se perfila como una de las fuentes de mayor relevancia en la práctica enfermera, pero precisamente, es la que no se basa en la evidencia porque no existe evidencia científica por falta de estudios al respecto. La pericia del profesional de enfermería se convierte en una medida potente de seguridad para el sistema de gestión de riesgos porque facilita la interpretación de las situaciones clínicas y los conocimientos que proporciona al profesional determinan la mejora de la función asistencial de la enfermería. La competencia se adquiere con el paso del tiempo, tras la confrontación del profesional con multitud de casos prácticos reales que añaden matices o precisiones a la teoría. No obstante, la falta de pericia se convierte en un factor desencadenante de incidentes de seguridad para el que el sistema debe haber instaurado alguna medida de control, como una eficaz supervisión por parte de los mandos a los profesionales más noveles, los cuales son una importante fuente de error.

En la actualidad, el instituto Joanna Briggs es el referente de la investigación en enfermería. Ha generado un modelo de Enfermería Basada en la Evidencia para el desarrollo de estudios sobre diferentes áreas de la salud (que denomina nodos) en las que poder obtener nuevos paradigmas para la implantación de los mejores y más seguros cuidados.

3. INCIDENCIA DE LA ENFERMERÍA EN LA SEGURIDAD DE LOS CUIDADOS AL PACIENTE

Una organización asistencial segura debe plantearse, como objetivo estratégico, la aplicación de unos cuidados seguros a sus pacientes. Para conseguir este objetivo, la actuación de los profesionales de enfermería conforme prácticas seguras y basadas en la evidencia, va a ser la medida de seguridad más eficiente en la gestión de los riesgos. Esto va a incidir en la consecución de resultados excelentes en indicadores como morbilidad y mortalidad, estancias, ingresos y reingresos, infecciones, etc. La alta dirección de la organización debe permitir que la enfermería tenga una participación activa en las decisiones estratégicas de seguridad clínica. Para ello:

  • La Estrategia de la organización orienta los objetivos de seguridad de los cuidados a los pacientes hacia la instauración de prácticas seguras y basadas en la evidencia.
  • La enfermería participa en la elaboración de protocolos y procedimientos de trabajo, programas de intervención, etc.
  • Gestiona los recursos materiales.
  • Está presente en los grupos de trabajo de las diferentes líneas de seguridad.
  • Realiza actividades de formación continua y/o docencia sobre seguridad del paciente.
  • Participa en el sistema de gestión de la organización. por procesos, gestión avanzada.
  • Participa en la divulgación de la información relacionada con la seguridad del paciente, tanto en campañas internas como en foros divulgativos: congresos, conferencias, etc.
  • Tiene participación activa en la transmisión de la cultura de seguridad fomentando prácticas seguras compartidas con otros profesionales: identificación del paciente, etc.
  • Fomento de la notificación de incidentes.
  • Promueve la comunicación dentro del equipo profesional.

4. PROCESO ENFERMERO; MODELOS TEÓRICOS (PE)

La base de conocimiento de la enfermería moderna plantea sus cimientos en el proceso enfermero (PE), el método científico aplicado a los cuidados. Además de aplicar un método de trabajo sistemático, las enfermeras necesitan delimitar su campo de actuación. El desarrollo de modelos de cuidados enfermeros permite una visión fundamentada de la enfermería, definir su naturaleza, misión y objetivos, centrando el pensamiento y actuación desde una determinada visión o marco conceptual.

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Disponer y aplicar un modelo de cuidados aporta importantes beneficios a las enfermeras, ya que:

  • Muestra de forma más clara la filosofía e ideología.
  • Ayuda a desarrollar y mantener la identidad de la profesión.
  • Contribuye en el debate teoría/práctica, propiciando un mayor acercamiento entre ambas partes a través de la investigación.
  • Se fomenta el debate teórico, llena de contenido el trabajo asistencial.

4.1. NECESIDADES BÁSICA DE VIRGINIA HENDERSON (NB)

Es uno de los modelos de cuidados que mayor aceptación tiene. El modelo de Virginia Henderson es totalmente compatible con el PE, cuestión esencial para que tenga aplicación en la práctica. Además, es posible integrar, junto con el modelo de cuidados y el PE, los lenguajes estandarizados NANDA-NOC-NIC (NNN), cada vez más incorporados en el quehacer de las enfermeras y en los sistemas de información. Permite a las enfermeras trabajar desde un plano propio y también en colaboración con otros profesionales, hecho de gran valor en muchos entornos de cuidados y en nuestra realidad asistencial. Tiene en cuenta las ventajas de fomentar estilos de vida sanos y conductas saludables, consideración coherente con muchas de las propuestas y programas de nuestro sistema sanitario.

Las necesidades que plantea son 14, indispensables para mantener la armonía e integridad de la persona. Interactúan entre ellas, por lo que no pueden entenderse aisladas. Las necesidades son universales para todos los seres humanos, pero cada persona las satisface y manifiesta de una manera. Son:

  1. Respirar normalmente.
  2. Comer y beber adecuadamente.
  3. Eliminar por todas las vías corporales.
  4. Moverse y mantener posturas adecuadas.
  5. Dormir y descansar.
  6. Escoger la ropa adecuada, vestirse y desvestirse.
  7. Mantener la temperatura corporal dentro de los límites normales, adecuando la ropa y modificando el ambiente.
  8. Mantener la higiene corporal y la integridad de la piel.
  9. Evitar peligros ambientales y evitar lesionar a otras personas.
  10. Comunicarse con los demás expresando emociones, necesidades, temores u opiniones.
  11. Vivir de acuerdo con los propios valores y creencias.
  12. Ocuparse en algo de tal forma que su labor tenga un sentido de realización personal.
  13. Participar en actividades recreativas.
  14. Aprender, descubrir o satisfacer la curiosidad que conduce a un desarrollo normal y a usar los recursos disponibles.

El modelo de Virginia Henderson se considera dentro de los denominados Modelos de las necesidades humanas, en la categoría de enfermería humanística, donde el papel de la enfermera es la realización de las acciones que la persona no puede realizar en un determinado momento de su vida.

En su libro “La Naturaleza de la Enfermería” se ofrecía una definición de la enfermería,

donde otorga a la enfermera un rol complementario en la satisfacción de las 14 necesidades básicas de la persona. El desarrollo de este rol, a través de los cuidados básicos de enfermería, legitima la función de la enfermera como profesional independiente en sus actividades: asistenciales, docentes, investigadoras y gestoras, al tiempo que ayuda a delimitar su área de colaboración con los restantes miembros del equipo de cuidados.

“La función singular de la enfermería es asistir al individuo, enfermo o no, en la realización de esas actividades que contribuyen a su salud o su recuperación (o a una muerte placentera) y que él llevaría a cabo sin ayuda si tuviera la fuerza, la voluntad o el conocimiento necesarios. Y hacer esto de tal manera que le ayude a adquirir independencia lo más rápidamente posible”.

Asimismo, considera al paciente como centro del sistema, otorgándole un papel activo en su proceso de salud. Los miembros del equipo deben considerar al paciente como la figura central y comprender que ante todo están “atendiéndole”. Si no entiende, acepta y participa en el plan elaborado con y para él, el esfuerzo del equipo se desaprovechará. Cuanto antes pueda cuidarse por sí mismo, buscar información relacionada con su salud, o incluso llevar a cabo el tratamiento prescrito, mejor se encontrará.

4.1.1. Componentes esenciales del modelo

Asunciones filosóficas

  1. La enfermera tiene una función propia, ayudar a individuos sanos o enfermos, pero también puede compartir actividades con otros profesionales como miembro del equipo de salud. Una coordinación inexistente o deficiente de los miembros del equipo asistencial es fuente de peligro para la salud del paciente.
  2. Cuando la enfermera asume el papel del médico, abandona su función propia. La sociedad espera un servicio de la enfermería que ningún otro profesional puede darle, como es la aplicación de unos cuidados efectivos y seguros.
  3. La persona es un todo complejo con 14 necesidades básicas. La persona quiere la independencia y se esfuerza por lograrla. Cuando una necesidad no está satisfecha la persona no es un todo y requiere ayuda para conseguir su independencia. En el desarrollo de estas necesidades es donde la enfermería va a poner en práctica los cuidados seguros para evitar posibles incidentes que impidan al paciente cubrir dichas necesidades.

Elementos:

  1. Intervención de la enfermera.El centro de intervención de la enfermera son las áreas de dependencia de la persona. El modo de la intervención establece la necesidad de elaborar un Plan de Cuidados Enfermeros por escrito, basándose en el logro de consecución de las 14 necesidades básicas y en su registro para conseguir un cuidado individualizado para la persona (sistema de identificación de riesgos reactivos). El grado hasta el cual las enfermeras ayudan a los pacientes a adquirir independencia es una medida de su éxito. Cuando la independencia es inalcanzable, la enfermera ayuda a la persona a aceptar sus limitaciones o su muerte, cuando esta es inevitable.
  2. Concepto de Cuidados básicos.Son cuidados llevados a cabo para satisfacer las necesidadesbásicas de la persona, están basados en el juicio y razonamiento clínico dela enfermera (pericia profesional). Se aplican a través de un plan de cuidados elaborados de acuerdo a las necesidades de cada persona.

4.1.2 Relación del proceso enfermero con el modelo de cuidados de Virginia Henderson

La Enfermería ha dejado de ser “el arte milenario del cuidado” para convertirse en la ciencia del cuidado, alejándose del modelo biomédico en el que se trataba la enfermedad para abarcar en sus planteamientos las necesidades y las respuestas humanas. Para lograr esta evolución ha sido necesario adoptar un marco teórico conceptual en el que basar los principios y objetivos de la profesión, así como adaptarse al método científico utilizando una metodología propia para resolver los problemas de su competencia. Esto implica la sistematización del abordaje utilizado para resolver un problema, es decir, la utilización de un método sistemático para brindar cuidados centrados en la consecución de los resultados predefinidos y esperados. En definitiva, ha sido necesaria la implementación del Proceso Enfermero (PE) en la práctica diaria como método científico para la gestión y administración de los cuidados. El PE se basa en principios y normas que promueven el pensamiento crítico, así como fomentan la eficiencia de los cuidados de enfermería, orientándonos a la consecución de objetivos de la profesión enfermera:

  • Prevenir la enfermedad y fomentar, mantener o restablecer la salud.
  • Facilitar la autogestión de los cuidados de salud potenciando el bienestar y las capacidades de la persona.
  • Brindar cuidados de salud de calidad y eficientes en función de las necesidades y deseos de la persona.
  • Seguir buscando formas de incrementar la satisfacción al administrar cuidados de salud de calidad.

La implementación del PE permite a los profesionales de enfermería proporcionar los cuidados necesarios tanto a nivel biomédico, como de respuestas humanas y necesidades generadas a partir de la situación de salud.

4.1.3 Ventajas demostradas de la utilización del PE en la práctica asistencial

  • Proporciona un método organizado para gestionar y administrar el cuidado, eficaz y eficiente tanto en términos humanos como económicos.
  • Delimita el ámbito de actuación de enfermería.
  • Demuestra de forma concreta el impacto de la práctica enfermera.
  • Facilita y fomenta la investigación en enfermería, con lo que se incrementan los conocimientos, el desarrollo de las bases teóricas de la disciplina y la efectividad de la práctica enfermera.
  • Propicia la comunicación entre el equipo de cuidados y mejora la coordinación interdisciplinar.
  • Facilita la continuidad de los cuidados e incrementa su calidad.
  • Permite la valoración objetiva de los resultados obtenidos por la aportación enfermera, aumentando la satisfacción de los profesionales.
  • Adapta los cuidados al individuo y no a la enfermedad, manteniendo siempre vigente el factor humano en los cuidados.
  • Implica de forma activa a la persona y/o familia en los cuidados aumentando sus capacidades para el autocuidado y autonomía.

4.1.4 Estandarización del lenguaje NNN como medida de seguridad

Disponemos de herramientas que vertebran la aplicación del PE, así como los conocimientos y lenguaje común de la profesión, tanto para la formulación diagnóstica

como para el establecimiento de Resultados (Objetivos) e identificación de las intervenciones adecuadas para alcanzarlos. Esta estandarización es una de las medidas de control que en la actualidad más se utilizan ya que sirven como base de unos cuidados de enfermería seguros.

  • Clasificación de Diagnósticos Enfermeros-NANDA (North American Nursing Diagnosis Association).
  • Clasificación de Intervenciones Enfermeras-NIC (Nursing Interventions Classification). Clasificación global y estandarizada de las intervenciones enfermeras, definidas como las acciones llevadas a cabo por enfermería para ayudar al individuo a alcanzar los resultados esperados.
  • Clasificación de Resultados Enfermeros-NOC (Nursing Outcomes Classification). Clasificación global y estandarizada de los resultados del individuo, definidos como un estado, conducta o percepción individual, familiar o comunitaria en respuesta a una intervención enfermera.

4.2 Patrones Funcionales de Marjory Gordon (PF).

Los Patrones Funcionales de Marjory Gordon (1982), creados por ella para enseñarles a los alumnos de la Escuela de Enfermería de Boston cómo debían de realizar la valoración de los pacientes, son una configuración de comportamientos, comunes a todas las personas, que contribuyen a su salud, calidad de vida y al logro de su potencial humano, y que se dan de una manera secuencial a lo largo del tiempo.

Según las propias palabras de Marjory Gordon: “Los patrones funcionales de salud describen una serie de 11 áreas relativas a la salud. Tienen un enfoque funcional, de desarrollo y cultural que permite su aplicación a todos los ámbitos, especialidades y grupos de edad. Los patrones son configuraciones de comportamientos construidos desde las descripciones del cliente y las observaciones de la enfermera. Entender un patrón puede ser difícil hasta que no se hayan valorado todos los patrones debido a la naturaleza interdependiente de los patrones”.

Así, la valoración enfermera enfoca su atención sobre 11 patrones con importancia para la salud de los individuos, familias o comunidades, los cuales son interactivos e interdependientes. Estos patrones surgen de la evolución entre el paciente y su entorno y están influenciados por factores biológicos, del desarrollo, culturales, sociales y espirituales. Estos patrones serían:

  1. Percepción–manejo de la salud.
  2. Nutricional–metabólico.
  3. Eliminación.
  4. Actividad-ejercicio.
  5. Sueño-descanso.
  6. Cognitivo-perceptual.
  7. Autopercepción-autoconcepto.
  8. Patrón rol relaciones.
  9. De sexualidad–reproducción.
  10. Adaptación-tolerancia al estrés.
  11. Valores-creencias.

La utilización de los Patrones Funcionales permite una valoración enfermera sistemática y premeditada con la que se obtiene una cantidad importante de datos relevantes del paciente (físicos, psíquicos, sociales y del entorno) de una manera ordenada, lo que facilita a su vez, el análisis de los mismos; es decir, cumple todos los requisitos exigibles de una valoración correcta.

La valoración por Patrones Funcionales tiene como objetivo determinar el perfil funcional del individuo, buscando si existe alteración o riesgo de alteración de alguno de ellos para posteriormente determinar un diagnóstico enfermero que describa esa situación y que ayude a eliminar o disminuir la disfuncionalidad.

El juicio sobre si un patrón es funcional o disfuncional se hace comparando los datos obtenidos en la valoración con datos de referencia del individuo, normas establecidas según la edad del individuo, normas sociales o culturales, etc.

Un patrón disfuncional puede aparecer ante un problema de salud, o puede conducir a él. La valoración de cada uno de los patrones debe evaluarse en el contexto de los demás, ya que ningún patrón podrá comprenderse sin el conocimiento de los restantes.

La valoración mediante patrones funcionales se realiza en términos no abstractos (necesidades), en este sentido los patrones funcionales de salud facilitan la valoración, aunque no por ello hay que entender que la valoración de los patrones funcionales es opuesta a la valoración de necesidades, sino que se complementan, ya que los diagnósticos de enfermería ayudan en la tarea de fundamentar los problemas detectados en las necesidades humanas, confirmando la carencia de las necesidades básicas.

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