I (2024)

Las fuentes para el estudio del Bronce Medio y Tardío siguen siendo predominantemente arqueológicas. Sólo para el final contamos con la documentación escrita compuesta por tablillas en lineal B. No se explicaba bien que la sociedad cretense, que había alcanzado tan alto grado de desarrollo como lo probaban los monumentos, no conociera la escritura. Difícilmente se podía llevar una compleja adninistración sin algún sistema de contabilidad. Y, efectivamente A. Evans encontró documentos escritos en Creta. La relativa abundancia de las inscripciones ha permitido diferenciar las diversas formas de escritura de la isla.

La primera escritura conocida en Creta fue la pictográfica. Es escaso el material encontrado, lo cual hace imposible su desciframiento. Aunque no se puede afirmar que la aprendieran de los egipcios, el sistema, en cambio, si es el mismo que el de los jeroglíficos: consiste en transmitir conceptos por medio de dibujos. Se empezó a usar en Creta desde comienzos, al menos, del II milenio y evolucionando dio paso a otro sistema llamado lineal A que empieza a encontrarse hacia mediados del siglo XVIII y que terminará por sustituir al primero. En Hagia Triada se han encontrado unas 150 tablillas escritas en lineal A, pero no son muchos los documentos que nos ha proporcionado Creta con este upo de escritura. Se trata ya de una escritura silábica, sin descifrar aún, que aparece sobre objetos, piedras, sellos... en escaso número y parece que no contiene griego. El descubrimiento realmente importante lo han constituido los textos en lineal B. El número de documentos es relativamente abundante: sólo las excavaciones de Cnosos han proporcionado más de 3.000 tablillas.

El tipo más antiguo lo constituye la escritura jeroglífica. Es un sistema pictográfico, con un pictograma o dibujo de un objeto como unidad de la escritura. Entre los signos usados predominan los relacionaos con las diversas partes del cuerpo humano, armas objetos de culto, animales, barcos y artículos marinos. Sólo se han encontrado escritura jeroglífica en Cnosos y Mallia y una tablilla en Festo, el llamado "Disco de Festo": una tablilla de unos 15 cm. de diámetro, descubierto en 1908 por el arqueólogo italiano Luigi Perner. Cada cara del disco presenta signos no escritos sino impresos con sellos que, de modo inusual, seguían un curso en espiral. De los 241 signos (118 en una cara y 123 en otra) se identifican 45 signos diferentes que probablemente son silábicos, aunque algunos también pueden ser logogramas. La lectura (a juzgar por las criaturas vivientes) parece iniciarse en la periferia y continuar hacia dentro. Hasta el momento todos los intentos de descrifrarlo han sido en vano.

Desde los hallazgos realizados por A. Evans a comienzos de este siglo se pensó que sería posible su desciframiento dada la abundancia de materiales. Se distinguieron dos tipos: el Lineal A (150 tablillas halladas en Hagia Triada, y un segundo tipo, al que se denominó Lineal B (3000 tablillas de Cnosos)no ateriores al 1400 aC.
El los periodos de los segundos palacios (1550 aC.) se introdujo una nueva escritura, un sistema plenamente silábico con ciento cinco signos de los que sólo 20 son logogramas.Esta segunda fase se caracteriza por la reducción a trazos simples de los pictogramas de la fase anterior. Su dirección es de izquierda a derecha y sólo se han encontrado restos en Creta y no fuera de ella. Los objetos en que están escritas las inscripciones son de piedra y bronce, si bien las más abundantes lo están en tablillas de arcilla. Son contemporáneas a las primitivas manifestaciones jeroglíficas fenicias y parecen ser listas de productos agrícolas. Parece perderse allá el 1450, si bien la fecha de sustitución de esta fase por el Lineal B es difícil de delimitar, ya que sólo se ha hallado esta escritura en un palacio del minoico reciente; parece ser que no anota una lengua griega. El soporte más común es la arcilla, pero también con otros soportes. Ya no se trataba de signos impresos, sino escritos con punzón (e incluso con tinta).El carácter de estas inscripciones es muy particular. Son textos escritos sobre pequeñas tablillas de arcilla blanda y que se secaban al sol antes de archivarlas. Los incendios que asolaron los palacios cocieron estas tablillas que, de otra forma, difícilmente hubieran llegado a nosotros. El contenido de tales tablillas es muy breve y de carácter administrativo: listas de productos, ofrendas, donaciones... Cuando estas tablillas, difíciles de almacenar, dejaban de tener utilidad se ablandaban para reutilizarlas; las que nos han llegado corresponden, por tanto, a un sólo momento y no nos ofrecen más que una instantánea, un corte de la sociedad sin que nos sirvan para poder estu&ar su evolución.
El tercer tipo, Lineal B fue considerado por Evans como una escritura palaciega más elaborada que el Lineal A, desarrollada por los escribas de Cnossos. Al parecer, el Lineal B pasaría a Grecia desde Creta tras las incursiones micénicas en la isla, de ahí que se encuentren restos en Creta, pero también en Pilos, Micenas y Argos. Las inscripciones aparecen mayoritariamente en tablilas de cerámica o arcilla -algunas de ellas conservadas al cocerse en los incendios de palacio, como en Cnossos. Se sospecha que las modificaciones que ha sufrido respecto al Lineal A pueden ser fruto de la adaptación de tal escritura a la lengua griega.

Como sólo se conocian textos en lineal B aparecidos en Creta, se comenzó a hablar de «escrituras cretenses» refiriéndose a estos sistemas. Pero, antes de que se consiguiera descifrar el lineal B, excavaciones llevadas a cabo en Grecia continental dieron posteriormente--y siguen dando textos en lineal B de Micenas, Tirinto, Cadmea, Pilos... Esto obliga a considerar, al menos el Lineal B, como una escritura griega y no cretense. Se propusieron varias soluciones para descifrar el lineal B, ninguna convincente hasta que los ingleses M. Ventris y J. Chadwick dieron con el desciframiento definitivo, en 1952, probando que lo que encerraba no era otra lengua más que la griega. A partir de esta fecha tal solución ha ido siendo aceptada por los científicos hasta tal punto que hoy es ya una tesis admitida unánimemente v que se reafirma más a la luz de nuevos hallazgos. No todos los problemas están resueltos, pero hoy podemos decir que los documentos del lineal B han aportado ya mucha luz para el conocimiento de la sociedad griega.Se propusieron varias soluciones para descifrar el lineal B, ninguna convincente hasta que los ingleses M. Ventris y J. Chadwick dieron con el desciframiento definitivo, en 1952, probando que lo que encerraba no era otra lengua más que la griega. A partir de esta fecha tal solución ha ido siendo aceptada por los científicos hasta tal punto que hoy es ya una tesis admitida unánimemente v que se reafirma más a la luz de nuevos hallazgos. No todos los problemas están resueltos, pero hoy podemos decir que los documentos del lineal B han aportado ya mucha luz para el conocimiento de la sociedad griega.